jueves, 16 de junio de 2016

El incendio


Por Agustina Burkhardt, 1ºB            

            Mi familia y yo sufrimos un accidente, un incendio intencional. Solo sobrevivimos dos: mi padrastro y yo. Soy Jorge Fernandez y estoy haciendo un curso para ser detective hace 2 años. El esposo de mi madre dice que vio a alguien salir de la casa cuando sucedió el incendio.
            Un día después de que haya pasado todo, comencé a preguntar en las casas de la cuadra si alguien había visto algo pero como fue a las 3 de la mañana, todos me dijeron que no. Estuve todo el día buscando pruebas de quien lo había hecho hasta que toque el timbre en una casa, ésta estaba alejada de las demás y todo el barrio dice q el hombre que vive ahí es muy extraño. Él me dijo que sí había visto alguien salir de la casa, sospechaba que podría haber sido mi padrastro.
            Yo estaba asombrado y no sabía qué hacer ni qué decir. Volví a donde estábamos instalados. Seguí investigando, no podría haber sido él. Me acorde de las cámaras que había en la ciudad, había una enfrente de nuestra cuadra. Fui a ver que había grabado esa, pero se veía muy poco y, cuando apareció la persona que había incendiado la casa, el video se cortó.
            Comencé a pensar que también podría haber sido el señor Gonzales, el hombre con el que hable antes. Empecé a investigar a este hombre, volví a tocar timbre en las casas. Me dijeron que trabajaba de enfermero, supuse que por eso estaba despierto a esta hora; volví para hablar con él, para que me de respuestas y porqué sospechaba que podría haber sido mi padrastro: me contó que él estaba volviendo de su trabajo cuando ocurrió el accidente (como yo pensaba), también que vio que la persona que estaba cerca de nuestra casa no salió corriendo, sino que entró a la casa, por eso le pareció extraño. Yo no recordaba que alguien entrara a mi casa, capaz estaba en otro lugar, pero el señor Gonzales podría tener razón. Entonces decidí que iba a hablar con mi padrastro.
            Cuando llegué al hotel donde nos estábamos quedando, mi padrastro no estaba, subí las escaleras y tampoco estaban sus cosas ni el auto. Lo llamé varias veces por teléfono pero no me atendió ninguna. Me acordé que mi mejor amigo era rastreador entonces le pedí que me ayudara a buscarlo.
            Después de 2 días de búsqueda, encontramos una pista: la señora Blanco había estado en el banco que se encontraba frente a la plaza principal de la ciudad en el día de ayer y nos dijo que lo vio a él ahí. Al día siguiente fuimos al banco para averiguar que había hecho él. Compartíamos la cuenta de mi madre, mi padrastro y yo, por lo tanto sabia la contraseña y pude acceder. Vi que no había mas dinero, cada vez había mas pruebas de que el incendio lo habría provocado él.
            Lo denuncié, la policía lo buscó y lo encontró muy rápido, lo llevaron a la comisaria donde estaba yo. Él se declaró culpable y me dijo en la cara que lo había hecho. Siempre le vi algo raro pero nunca pensé que sería capaz de matar a personas que supuestamente quería. Le pregunté por qué lo había hecho y me dijo que era solo por dinero, se quería quedar con todo lo que tenía mi madre y huir, pero decía que no le había salido bien el ¨plan¨.
            Tuvimos una larga conversación, entonces decidieron ponerlo en la cárcel. Él ya había estado preso en otro país y escapó por ese motivo vino a vivir a Argentina para que no lo encontraran.
            A los 2 meses me llaman de la policía diciéndome que mi padrastro no estaba en su celda, no me sorprendió tanto pero tenia mucha bronca de no haber avisado que ya había pasado. Finalmente les conté a los oficiales que no era la primera vez y que si lo volvían a encontrar, considerasen ponerlo en una cárcel de máxima seguridad para que no vuelva a ocurrir.
            Esta vez tardaron en encontrarlo, él estuvo a punto de subirse a un avión para dejar el país, pero la policía llego justo a tiempo. Me avisaron y lo llevaron a la prisión mas segura de la ciudad, decían que había guardias de seguridad por todos lados y en todo momento, y que nadie hasta ahora había escapado.

            Yo de vez en cuando pregunto por él para asegurarme de que él siga ahí, siempre me decían que mi padrastro estaba seguro y así yo podía estar estar tranquilo.