lunes, 6 de junio de 2016

Soy único

Por Martín Barbieri, 1 "B"
    Me informaron mediante un telegrama que si no aporto una noticia acerca de un crimen – ya que trabajo para la sección policial de un diario muy importante- iba a ser despedido. Me acosté en el sillón con una botella de whisky hasta quedarme dormido.
    Salió el sol, era un día nuevo. Una vez que desayuné me puse a investigar y leí una noticia de un señor, cuyo nombre era Roberto Guinzbury. Él murió hace 3 años en una isla del Tigre y todavía nadie sabía quién había sido el asesino.
   Cuando me comuniqué con la familia del fallecido, éstos me contaron la historia del crimen y me dieron datos de quien ellos creían que había sido el presunto asesino. El caso me interesó y decidí emprender viaje a la Isla del Tigre.
   Llegué a la Isla como mochilero y empecé a investigar. Primero estudié el terreno, me dibujé un mapa y comencé a recorrerla. Al ver que el Sol caía, me acosté en el piso, prendí una fogata y repase el caso:
-Presunto asesino: Lucas Rino, pelo marrón, tez blanca y ojos celestes.
-Victima: Roberto Guinzbury, pelo marrón, tez blanca y ojos celestes.
-Lugar del crimen: enfrente de la cascada.
   Cuando repasé todo esto hubo algo que me llamo la atención. El victimario tenía las mismas características que la víctima. Ahora sí, me acomodé en unas hojas, saqué un acolchado de mi mochila y empecé a dormir.
   Allí me encontraba, en frente de la cascada. Examiné todo el lugar y…nada…Supuestamente aquí debería estar el cuerpo de Roberto pero yo no lo veía, hasta que un fuerte viento hizo que el agua que bajaba de la cascada se corriera dejando de esta forma a la intemperie –por un segundo- una especie de cueva a la vista. No dudé  y hacia allí fui, por más que tenía que pasar por la cascada y por ende mojarme, emprendí camino hacia allí.
   Al entrar no vi nada, era todo oscuro, simplemente una mínima luz pero muy al fondo. Caminé y caminé hacia adentro sin detenerme aunque recurrí a esta acción porque veo que pise algo raro. Busqué una linterna y al prenderla quedé anonadado. Una fila de cuerpos humanos muertos delante de mi, estaban limpios, ordenados, claramente alguien se estaba ocupando del mantenimiento de los mismos.
   Examiné los cuerpos – uno por uno – me di cuenta que estaba la persona a la cual yo estaba buscando y también el presunto asesino, muertos. Además de eso observé que todos los cuerpos tenían las mismas características que Roberto.
   Sacando fotos para luego publicarlo en la gráfica, llamé a la familia de la víctima y le conté las nuevas noticias acerca del caso y el giro inesperado que este había dado. De repente salió de las tinieblas un hombre muy corpulento, con ojos celestes, tez blanca y pelo marrón.
-Cortá ya y guardá esa cámara- Me gritó el hombre- Salí de acá y te callás. No decís nada-prosiguió
-¿Por qué mataste a todas estas personas?- Le pregunte con coraje.
-Yo te dije que cortaras -reiteró- Si los maté es por algo- se empezaba a acercarme y me llevaba a la salida- Yo voy a ser el único de esta isla con estas cualidades. Y… ¿Sabes qué? Tú serás el primero que asesine sin que tenga los mismos rasgos que todos ellos- señalando a las personas tiradas en el piso.
   Con miedo, intenté correr lo más rápido que pude para escaparme pero cuando estaba por llegar a la salida este hombre me pega una piña en la sien dejándome así caer al agua en modo knock out. Lentamente me hundía y así quedándome sin aire y ya sin fuerzas para volver a la superficie. Decidí rendirme y empecé a rezar.